Los orígenes de Madrigal de las Altas Torres

Los orígenes de Madrigal de las Altas Torres desde un punto de vista arqueológico.

Existe una tónica generalizada a la hora de analizar la historia de cualquier localidad: se tiende a dar el origen mas antiguo posible porque ello da una mayor “hidalguía” al pueblo. En el devenir de la Península Ibérica, con tantas idas y venidas de diferentes pueblos, que por tu localidad no pasaran los romanos o los visigodos, parece como un agravio, como si éstos no hubieran apreciado la belleza del lugar y sus posibilidades. Sin embargo, nos engañamos con esa visión de la historia: Madrigal cuenta con una historia medieval de tal envergadura que no “precisa” que un pasado antiguo que tenga mas capítulos.

La zona del Tercio de Madrigal estuvo habitada desde antiguo por pueblos prehistóricos. El asentamiento mas conocido por haber sido excavado sucesivamente ha sido el de El Tomillar en Bercial de Zapardiel (datado en época Calcolítica, hacia el 2.600 a.C.) pero existen otros lugares más próximos al actual núcleo urbano en el que también hubo asentamientos. Estos aparecen, hoy en día, más o menos difusos. La evidencia fundamental que los arqueólogos utilizamos para poder discernir si hubo este tipo poblados es la existencia de muestras cerámicas en superficie, fabricados “a mano”, una técnica que se deja de utilizar posteriormente con la implantación del torno alfarero.

Pues bien, existen algunos puntos, muy próximos a Madrigal, en los que se han localizado estas muestras cerámicas como en el área intermedia entre Madrigal y Moraleja o entre éste y Bercial de Zapardiel o al sur del casco urbano. Estas evidencias son claramente prehistóricas pero sin poder encuadrarlas en un periodo concreto. Su existencia probaría que existió poblamiento antiguo aunque sin poder discernir si eran poblados o lugares ocasionales de ocupación.

Pero si en un radio de 2 km. existen restos de esta cronología, ¿qué sucedió en el actual emplazamiento de la villa?. ¿No seria lógico que allí también hubiera habido poblamiento?.

La respuesta no es fácil. Si hubo gentes que se asentaron en pleno llano, lo lógico es que también lo hicieran en el pequeño resalte que supone el actual emplazamiento de la Iglesia de Santa Maria. En una llanura tan homogénea como la de Madrigal, el pequeño otero del centro del pueblo, resultaría atractivo por contar con una excelente perspectiva de la comarca inmediata. El que hasta el momento no se haya localizado material cerámico prehistórico en el casco urbano, es posible que se deba únicamente a que no se han llevado a cabo intervenciones arqueológicas. Por tanto, resta la posibilidad de que si pudiera encontrarse este tipo de materiales al igual que ha sucedido en otros enclaves de la zona.

La dificultad de localizarlos se ve agrandada por la reocupación continua de las áreas urbanas: en la Alta Edad Media, este pequeño cerro seria mas escarpado y allí se sitúa el primer vestigio edilicio conservado en la localidad, unos argamasones de canto rodado sobre los que el actual templo se edifico hacia el S.XII. Todo su entorno ha contado con aportes de tierra, urbanización, pavimentos, etc. que pueden haber mimetizado y ocultado vestigios más antiguos. Lo más probable es que allí ya existiese una atalaya, una torre-vigía desde la que se pudiera observar cualquier movimiento sospechoso. Esta torre pudo ser meramente defensiva o cumplió, además, la función de campanario tal y como fue habitual en toda La Moraña.

La llanura era un área atractiva para el poblamiento antiguo. Hay que imaginar un entorno mucho más boscoso y, sobre todo, más húmedo. La existencia de zonas pantanosas en todo el perímetro de la actual villa esta atestiguada hasta Época Moderna. La desecación fue continuada a lo largo del tiempo, se trataba de ganar terrenos fértiles pero también de evitar la proliferación de enfermedades asociadas a estos humedales como el paludismo.

La gran mayoría de los pueblos morañegos se asientan en las riberas fluviales y, muchos, buscaron también la proximidad de un labajo en los que abrevase el ganado. Esto es generalizado en la Edad Media. En la Prehistoria prevalecía el que hubiese una elevación que destacase en el entorno y que proporcionase cierta seguridad al controlar los alrededores.

Por supuesto, el poblamiento medieval fue muy diferente, mucho mas denso, con un tejido de pequeñas poblaciones que se articuló en época pleno-medieval con la llegada de las últimas oleadas migratorias de gentes provenientes del norte peninsular. Todos los vestigios de estructuras dispersas por los campos próximos a Madrigal como Astudillo o La Puebla, responden a atalayas o campanarios de iglesias en torno a las cuales se concentraban las aldeas. Estas no siempre sobrevivieron a las malas cosechas o a la tendencia a la concentración de la población en ciertos puntos, en este caso, en Madrigal y fueron desapareciendo. Actualmente se los denomina como “despoblados” o los pueblos que generaron los actuales. Para explicar que se arruinasen es habitual que se busque una razón “mágica” como el envenenamiento de sus habitantes al beber agua de un pozo donde había caído una salamandra o que una plaga de termitas hubieran arruinado la totalidad de las viviendas.

Fdo. Jorge Díaz de la Torre. Arqueólogo.

1 comentario:

malcarácter-buenhumor dijo...

Hola Jorge, me llamo Juan Pablo Zurdo. Muchas gracias por tu escrito, apenas existe literatura sobre el origen de Madrigal y aportas claves muy interesantes. Dices que los restos cerámicos localizados no pueden datarse con precisión, ¿pero puedes aventurar algún periodo aproximado, tal vez cercano a los restos hallados en El Tomillar de Bercial? Lástima que hasta hoy no se hayan acometido estudios arqueológicos en los alrededores de la iglesia, a pesar de las múltiples obras realizadas en los últimos tiempos. Creo que la fundación vinculada al altozano y a la abundancia de agua es muy verosímil, además el origen etimológico del nombre apunta en esa dirección. Aunque varios existen ríos cercanos, en tiempos el lugar contaba con dos pozos artesianos muy abundantes, en la zona más baja del pueblo, junto a la antigua puerta de Peñaranda. Me cuenta mi padre que en esta zona el agua brotaba tras apenas un metro de excavación. No hace mucho incluso existía una laguna permanente intramuros, en la zona que no por casualidad se conoce como "Cantarranas", además de zonas pantanosas al otro lado de los muros y una gran depresión inundada muchos meses al año en el norte, que con el tiempo ha desaparecido pero que conocí en gran parte. Asimismo, junto a las fuentes y esa zona de inundación en la zona sur corría un arroyo natural después canalizado, La Cava, que pudo servir como foso a ese tramo de la muralla porque discurre pegado a ella. De hecho, y esto es una teoría mía, creo que la existencia de esas fuentes es la causa de que el perímetro de las murallas sea tan amplio, quizás exagerado para la población de entonces. Puede que decidiesen ampliar la línea sur de la muralla mucho más allá del caserío (asentado en la zona norte) precisamente para abarcar con el recinto esas dos fuentes, una medida desde luego estratégica para resistir asedios. De hecho, una de las dos fuentes está literalmente pegada la muralla, y la otra apenas dista de ella 30 o 40 metros. Es más, toda esa zona sur intramuros estuvo ocupada por huertas hasta hace muy pocas décadas. Yo conocí muchas de niño. Hablamos de una enorme extensión hortelana; mi padre realizó numerosas excavaciones y siempre encontró una gruesa capa de tierra negra propia de zonas inundables, excelente para ese propósito. Así pues, parece que el espacio sobrante dentro del perímetro les aportó no solo un medio de subsistencia cotidiano y seguro, sino otra invaluable ventaja militar estratégica. No soy un experto, pero considero que este tipo de configuración urbano/agraria constituye una singularidad quizás poco estudiada y valorada, una rara avis. Sin duda las cualidades naturales del lugar les debieron de parecer muy propicias a los primeros pobladores, fueran las avanzadillas militares árabes o quizás algún grupo de campesinos anterior. Siempre me pareció un misterio que, si Madrigal fue fundado como campamento militar árabe, incluso en los tempranos siglo 8 o siglo 9, alcanzase en tan poco tiempo suficiente empaque como para ser cercado ya en el siglo XI, según algunas teorías, y apenas un siglo después se acometiese la construcción de unas murallas tan complejas y monumentales, incluso excesivas para la población existente. Debieron de concederle un elevado valor estratégico, quizás por esa original combinación de agro y urbe intramuros. No es descabellado pensar que su elección como lugar veraniego por parte de Juan II y antes del rey D. Pedro, según algunos autores, tuviese como una de sus causas principales la potencia de su sistema defensivo a pesar de su accesibilidad orográfica, además de la facilidad de las comunicaciones en el llano, la equidistancia de poblaciones muy importantes en la época, etc. En cualquier caso, como bien apuntas (y aquí simplemente hablo por intuición, no tengo fundamento), no parece un lugar a priori propicio para asentamientos celtíberos, parece que para ellos la presencia de un río era clave y existían varios en la zona. Me gustaría conocer tu experta opinión al respecto.

Muchas gracias!

Puedes localizarme en jp.zurdo@gmail.com